herencias

Las herencias son el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que, al morir una persona, pasan a sus herederos y legatarios. La masa hereditaria puede incluir activos, deudas y cargas, y su transmisión afecta todo el patrimonio del difunto, salvo las limitaciones legales o voluntarias impuestas por la voluntad del testador o la normativa aplicable.

La transmisión se realiza principalmente mediante un testamento o, en ausencia de este, por sucesión intestada conforme a la ley. En un testamento, el causante puede designar herederos y legatarios y, a veces, nombrar un albacea para administrar la herencia y ejecutar la voluntad. Si no hay testamento, la ley determina el orden de llamamiento de los herederos y las cuotas que corresponde a cada uno.

Herederos y legatarios son figuras distintas: el heredero recibe la universalidad patrimonial (con sus derechos y obligaciones) y el legatario recibe bienes o derechos determinados por el testador. La aceptación de la herencia puede hacerse de forma pura y simple o a beneficio de inventario, opción que limita la responsabilidad del heredero al valor del patrimonio heredado.

La legítima o reserva hereditaria garantiza una porción de la herencia para herederos forzosos, como hijos y, en algunos sistemas, el cónyuge, con posibilidad de desheredar solo bajo causas previstas por la ley. En la ausencia de testamento, la distribución respeta estas reservas y las reglas de parentesco.

Las deudas y cargas deben liquidarse con el patrimonio heredado antes de la distribución entre herederos y legatarios. En muchos países se aplica un impuesto de sucesiones o transmisiones patrimoniales. La regulación varía según la jurisdicción, pero la finalidad es ordenar la transmisión del patrimonio del difunto con claridad y justicia.