espículas

Las espículas son elementos esqueléticos microscópicos presentes en las esponjas (Poríferos). Están formadas principalmente por sílice (SiO2) en la mayoría de las esponjas silíceas y por carbonato de calcio (CaCO3) en las Calcarea. Su función principal es proporcionar soporte estructural, mantener la forma del organismo y contribuir a la protección frente a predadores, además de influir en la porosidad y en el flujo de agua a través del cuerpo.

La morfología de las espículas es muy diversa y se utiliza como rasgo taxonómico. Pueden adoptar formas como monaxones (un solo eje), diaxones (dos ejes), triaxones (tres ejes) o tetractines/hexactines (cuatro o seis rayos). Las espículas hexáctinas, de seis rayos, son características de las esponjas hexactinélidas. En las esponjas desmoste, por su parte, el esqueleto es a menudo una red de espículas silíceas que pueden estar fusionadas para formar desmas, proporcionando una estructura más rígida.

La composición de las espículas determina, en gran medida, su resistencia y su papel en la clasificación. Las espículas silíceas son típicas de las clases Demospongiae y Hexactinellida, mientras que las Calcarea presentan espículas calcáreas. Además de su función estructural, las espículas son elementos clave para la identificación taxonómica y para el registro fósil de esponjas, ya que sus formas y microestructuras se conservan en el sedimento y sirven como evidencia paleontológica.

En resumen, las espículas son componentes esqueléticos microscópicos, variables en composición y forma, fundamentales para la estructura, la taxonomía y la preservación fósil de las esponjas.