superlativos

Un superlativo es una forma de expresar el grado extremo de una cualidad. En español se distinguen dos grandes familias: relativos y absolutos.

Los superlativos relativos expresan que una cualidad es la más o la menos dentro de un conjunto. Se forman con el artículo definido (el, la, los, las) seguido de más o menos y del adjetivo; a veces llevan de, entre o de todos para fijar el grupo de referencia: el más alto de la clase; la menos interesante de la película; los tres más rápidos de la carrera.

Los superlativos absolutos, o de intensidad, se forman principalmente con el sufijo -ísimo, -ísima. Ejemplos: facilísimo, rapidísimo, felicísimo. Existen irregularidades frecuentes: bueno → buenísimo; malo → malísimo; grande → grandísimo; pequeño → pequeñísimo; rico → riquísimo; loco → loquísimo. En algunos casos la ortografía cambia para conservar la pronunciación, como largo → larguísimo (conserva el sonido -gu-), o co → quísimo (rico → riquísimo).

En la práctica, los relativos se utilizan para comparar dentro de un grupo (el más alto de los estudiantes), mientras que los absolutos se emplean para intensificar la cualidad sin referencia explícita a un conjunto. Antes de un sustantivo, también puede aparecer la forma gran/gran- (un gran hombre) como variante de grande en posición anterior; en ese caso no se trata de un superlativo, sino de una extensión del adjetivo.