herbívoras

Las herbívoras son organismos cuya dieta principal consiste en materia vegetal. Incluyen una amplia gama de taxones, desde mamíferos y aves hasta insectos y moluscos, y pueden vivir en casi todos los ecosistemas. Al consumir plantas, participan en la transferencia de energía desde la flora al resto de la red trófica y a menudo regulan poblaciones de plantas.

Según su dieta, se distinguen varios grupos: folívoras, que comen hojas; frugívoras, que se alimentan de frutos; granívoras, que ingieren granos y semillas; nectívoras, que obtienen energía del néctar; y, en muchos casos, xilófagas o lignívoras, que consumen madera o tallos duros. Muchos herbívoros son generalistas, otros especialistas.

En la anatomía y fisiología, existen diferentes estrategias de digestión. Los rumiantes (por ejemplo, vacas, ovejas, ciervos) realizan fermentación ruminal con microbios para descomponer celulosa. Otros, como caballos y conejos, son fermentadores cecales o de intestino grueso. También hay herbívoros en invertebrados que dependen de microorganismos simbiontes, como las termitas. Estas adaptaciones permiten extraer nutrientes de plantas ricas en celulosa.

Ecologicamente, la herbivoría influye en la estructura de las comunidades vegetales y en la evolución de las plantas, que desarrollan defensas químicas o físicas. El herbívoro puede actuar como polinizador o dispersor en algunos casos, y su actividad regula la dinámica de poblaciones animales y vegetales.

En humanos, los herbívoros domesticados incluyen ganado vacuno, ovino y caprino, así como conejos y otros animales de granja. Su manejo y alimentación son centrales en la agricultura y la economía rural.