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glucolípidos

Los glucolípidos son moléculas lipídicas que contienen uno o más residuos de azúcar unidos covalentemente a una porción lipídica. En los animales, la mayor parte son glicoesfingolípidos, en los que el componente lipídico es la ceramida a la que se añaden carbohidratos en la cara externa de la membrana plasmática. También existen glucolípidos que se unen a la membrana mediante anclajes GPI, o que forman parte de glucolípidos más complejos dentro de la bicapa lipídica.

Los glucolípidos pueden clasificarse en glicoesfingolípidos y otros glucolípidos relacionados con la membrana. Los glicoesfingolípidos incluyen

Funciones y relevancia: los glucolípidos intervienen en la interacción célula–huésped, el reconocimiento inmunitario y la organización

Biosíntesis y degradación: se sintetizan en el aparato de Golgi a partir de ceramida mediante enzimas transferasas

cereósidos,
globósidos
y
gangliósidos;
los
gangliósidos
contienen
ácido
siálico
y
son
especialmente
abundantes
en
el
sistema
nervioso.
Los
azúcares
de
estas
moléculas
suelen
protruir
hacia
la
superficie
externa
de
la
membrana
y
participan
en
reconocimiento
celular,
adhesión
y
señalización.
En
eritrocitos,
ciertos
glucolípidos
actúan
como
antígenos
de
grupo
sanguíneo
(A
y
B),
presentes
en
lípidos
y
proteínas
de
la
membrana.
de
microdominios
de
la
membrana.
También
sirven
como
receptores
para
toxinas
y
patógenos;
por
ejemplo,
algunas
toxinas
bacterianas
reconocen
gangliósidos
específicos.
En
el
cerebro,
los
gangliósidos
participan
en
desarrollo,
plasticidad
y
señalización
neuronal.
de
azúcares;
la
degradación
tiene
lugar
en
lisosomas
por
hidrolasas
específicas.
Deficiencias
en
estas
rutas
pueden
provocar
enfermedades
de
almacenamiento
lisosomal,
como
la
enfermedad
de
Tay-Sachs,
con
acumulación
de
GM2
gangliósido.
Los
glucolípidos
tienen
importancia
clínica
como
biomarcadores,
dianas
terapéuticas
y
en
la
investigación
de
neurobiología
y
transplantes.