fiduciarios

Fiduciarios son personas o entidades que, por contrato, ley o designación, mantienen o gestionan activos en beneficio de otra parte (el beneficiario). Su relación fiduciaria exige actuar con lealtad y cuidado, poniendo los intereses del beneficiario por encima de los propios.

Entre sus obligaciones están evitar conflictos de interés, revelar información relevante, administrar los activos con diligencia razonable y proteger la confidencialidad. El estándar de deber es alto: la confianza depositada debe ser salvaguardada y utilizada exclusivamente para el fin previsto.

Se encuentran en diversos contextos: fideicomisos y administradores de fideicomisos; tutores, albaceas; directores de empresas y asesoría financiera; instituciones financieras que gestionan cuentas fiduciarias o patrimonios. En varios países de habla hispana existen sociedades fiduciarias o empresas fiduciarias que gestionan activos, fondos y patrimonios, a menudo mediante contratos de fiduciaria o de administración de bienes.

La violación de las obligaciones fiduciarias puede generar responsabilidad civil o administrativa, con remedios como compensación de daños, restitución de ganancias obtenidas o sanciones. El concepto se distingue de la simple agencia: un fiduciario debe actuar con lealtad y prudencia, no sólo a seguir instrucciones, sino a salvaguardar y gestionar los intereses del beneficiario de forma proactiva.

Aunque los fiduciarios son comunes en derecho de familia, corporativo y financiero, no toda relación profesional implica fiduciaria; la relación debe estar basada en un mandato que impone deberes especiales.