cortocircuito

Un cortocircuito es una falla eléctrica en la que se establece una vía de baja resistencia entre dos puntos de diferente potencial dentro de una instalación o dispositivo, de modo que la corriente fluye por un camino no previsto para la carga. Al reducirse la impedancia, la corriente aumenta significativamente según la ley de Ohm (I = V/R), lo que puede generar calentamiento excesivo, arcos eléctricos y daño a cables, componentes o estructuras. En redes de potencia, un cortocircuito puede provocar caídas de tensión, sobrecargas y, en casos graves, incendios.

Existen varias formas de cortocircuito. Los más comunes son entre conductores (línea a línea), entre conductor y tierra (línea a tierra) y entre fases y tierra. En electrónica puede haber cortocircuitos parciales dentro de componentes o entre vueltas de una bobina. La severidad depende de la tensión y de la impedancia restante del camino.

Causas típicas incluyen fallo de aislamiento, daño físico, humedad, envejecimiento, instalación defectuosa o cables mal conectados, y fallos de componentes. Factores como vibraciones, golpes, condiciones ambientales extremas o defectos de fabricación también pueden contribuir.

Las consecuencias pueden ser significativas: calentamiento localizado, falla de componentes, disparo de fusibles o interruptores automáticos, interrupciones de suministro y, en muchos casos, riesgo de incendio o daño estructural. Por ello, la protección suele basarse en dispositivos de sobrecorriente (fusibles e interruptores) y, en instalaciones, en sistemas de protección diferencial y puesta a tierra.

La prevención implica buenas prácticas de diseño y mantenimiento, aislamientos adecuados, ventilación, inspecciones periódicas y cumplimiento de normativas. En caso de sospecha de cortocircuito, debe actuar personal cualificado y desconectarse la energía para realizar las verificaciones.