consagración

Consagración es el acto de dedicar algo o a alguien a un fin sagrado, haciéndolo propio para el culto, la devoción o un servicio especial. Su etimología se remonta al latín consagratio, derivado de con- (intensificación o unión) y sacrare (consagrar, dedicar al sagrado).

En el ámbito religioso, especialmente dentro del cristianismo católico y, en menor medida, en la ortodoxia, la consagración implica separar y dedicar de forma permanente aquello a Dios. Puede referirse a la persona (la consagración de sacerdotes y, más específicamente, la consagración episcopal), a un objeto o lugar (una iglesia, un altar, vasijas litúrgicas) o al Santísimo sacramento (la consagración de pan y vino para la Eucaristía). A diferencia de una bendición, la consagración confiere un estatus sacramental o litúrgico y marca un uso exclusivo para el culto.

Dentro de la práctica litúrgica existen diversos tipos: la consagración de una iglesia o de un altar; la consagración episcopal, sacerdotal o diaconal; y la consagración del Santísimo Sacramento. También se habla de devociones de consagración, como la consagración a la Virgen María o al Sagrado Corazón, que son actos de dedicación personal o colectiva dentro de ciertas tradiciones cristianas.

Fuera de lo religioso, el término se utiliza de forma metafórica para expresar una dedicación profunda a una causa, proyecto o ideal. En este sentido, una persona o una comunidad puede “consagrarse” a un propósito y orientarlo de manera prioritaria, sin implicar un rito sacramental.