cerramientos

Cerramientos es el término utilizado para describir los elementos que cierran o delimitan un volumen en la construcción, formando el envolvente del edificio o la separación entre espacios. Incluyen muros, fachadas, cubiertas, suelos y, en el exterior, cercas y vallados. Su función principal es proteger de las condiciones ambientales, controlar la humedad y el clima interior, aislar acústica y térmicamente, garantizar seguridad y privacidad, y definir la estética del conjunto.

Los cerramientos pueden clasificarse en exteriores e interiores. Los exteriores, o envolventes, conforman la fachada y la protección exterior: muros de cierre, fachadas, cubiertas y elementos de aporte como balcones. Los interiores, por su parte, son las particiones que delimitan estancias, como tabiques y antepechos, y permiten la distribución funcional del espacio. También se consideran cerramientos perimetrales o de patios, que delimitan espacios exteriores contiguos a la edificación.

Materiales y sistemas: los cerramientos pueden estar formados por muro de ladrillo o hormigón, estructuras de madera, metal o composite, y elementos de vidrio. Existen sistemas como muros cortina, fachadas ventiladas, cerramientos de vidrio y paneles sándwich, que permiten distintas soluciones estéticas y de rendimiento. En conjunto, contribuyen a la eficiencia energética, al control de infiltraciones y condensación, y a la protección frente a viento, lluvia y incendios.

Mantenimiento y normativa: la durabilidad y el rendimiento dependen de la selección de materiales y de la correcta ejecución. Los cerramientos deben cumplir normativas técnicas sobre seguridad estructural, resistencia al fuego, aislación acústica y eficiencia energética, entre otras, ajustándose a requisitos locales y del proyecto.