autolubricantes

Autolubricantes es un término general para los lubricantes utilizados en automóviles, diseñados para reducir la fricción y disipar el calor entre piezas móviles. Incluyen aceites de motor, fluidos de transmisión, aceites para engranajes y grasas, así como fluidos hidráulicos para sistemas como la dirección asistida. Son fundamentales para la protección de motores, transmisiones y componentes de la cadena cinemática.

Aceites de motor: pueden ser minerales, semisintéticos o sintéticos. Se clasifican por la viscosidad SAE (por ejemplo, 5W-30) y por estándares de desempeño como API, ACEA o ILSAC, que especifican detergencia, estabilidad y protección contra desgaste. La elección depende del tipo de motor, las condiciones climáticas y el uso.

Fluidos de transmisión y engranajes: los fluidos de transmisión automática (ATF) permiten lubricación y funciones hidráulicas, mientras que los aceites de engranes protegen diferenciales y transmisiones manuales. Las grasas lubricantes se emplean en rodamientos y puntos de pivote para reducir desgaste y tolerar vibraciones y humedad.

Base oils y aditivos: la formulación combina una base oil, que puede ser mineral o sintética, con aditivos que aportan detergencia, dispersión de contaminantes, protección anti-desgaste, antioxidantes, control de espuma e inhibidores de corrosión. Estas combinaciones determinan estabilidad térmica, limpieza y durabilidad del sistema.

Selección y mantenimiento: la elección se orienta por el tipo de motor, condiciones de operación y recomendaciones del fabricante. Es esencial respetar intervalos de cambio y buenas prácticas de mantenimiento para minimizar desgaste, consumo y emisiones.

Impacto ambiental: los lubricantes usados deben recogerse y reciclarse adecuadamente; los envases y residuos deben gestionarse conforme a normativas. La industria avanza hacia formulaciones más limpias y opciones de reciclaje para reducir impactos ambientales.