autoliquidaciones

Las autoliquidaciones son declaraciones en las que el contribuyente calcula y liquida de forma autónoma la cuota de impuestos de acuerdo con la normativa vigente, e informa a la administración tributaria del importe a ingresar o de la posible devolución.

Se utilizan principalmente en regímenes periódicos como el IVA (impuesto sobre el valor añadido), el IRPF o el impuesto de sociedades. En España, por ejemplo, las autoliquidaciones del IVA se presentan de forma trimestral o mensual (según el régimen), y en el IRPF se realizan pagos a cuenta y liquidaciones anuales; la presentación suele hacerse por vía electrónica a través de la sede electrónica de la Agencia Tributaria.

El proceso implica reunir la documentación, calcular la cuota, completar el formulario, presentarlo y abonar lo correspondiente en la fecha prevista. Si la autoliquidación resulta a ingresar, se debe efectuar el pago; si hay importe a devolver, la administración lo reembolsa. Errores o retrasos pueden acarrear recargos, intereses de demora o sanciones.

Las autoliquidaciones sustituyen, en gran medida, la acción inspectora de la Administración, al delegar en el contribuyente la determinación de la cuota. Sin embargo, pueden ser objeto de revisión o rectificación; los contribuyentes pueden presentar autoliquidaciones rectificativas para corregir errores.

Su presentación suele requerir autenticación electrónica, como certificado digital o Cl@ve, especialmente cuando se realiza a través de la sede electrónica de la Administración.